Jugué a esto este verano por primera vez, con mis dos hijitos. Por segunda, la noche antes de marcharme de Granada. Aquí está el fruto de mi primera experiencia :P (a ver si averiguáis quién es quién). No intentéis entenderlo. Yo estaba medio dormida y ellos estaban de after hours xD. Cada persona va de un color.
Cientos de miradas intrigan el cielo de los muertos y sueñan odio... En mi mundo, la verdad no supera la ficción, lo irreal. Y aunque lo creas, nunca lo podrías adivinar, boh; ese boh de la naturalidad de esa persona que dice Yeaaah, la sangre se me revuelve en las venas por la expresión de tu cara. Y aunque tu reflejo me recuerde lo peór de ti... y de tu columna vertebral que revuelve tu cerebro sobre el dolor eterno. Pero lo eterno es inalcanzable para los mortales, la eternidad es un juego de tí, como si tu vida dependiese de ello, marmotas. Ésas de colores que acechan los sueños perdidos de los hombres, una plaga de la humanidad que se contagia por la vida, escupiéndola, lanzándola lejos, como un maldito gusano que te mira pero sólo desde un ojo de cristal iluminado sobre la superficie celestial. Seres celestiales que pululan por la superficie de tus pensamientos mientras se ríen de la monotonía, risas desencajadas, como mortajas que sepultan las ciénagas del cielo y las praderas de tu sótano. Frío sótano en el que estoy encerrado dentro de mi mente, despierto, aunque no mucho, de hecho cada vez que lloras, eyaculas sobre el Mar Muerto produciendo la espuma de la desesperación. Todo está en tu mente: libérame.
Está sonando: Snow of the Sahara, de Enigma.