lunes, marzo 18, 2013

Bandera a media asta.

No estoy demasiado bien. Hay ratos en que creo que no puedo respirar. Y es que todo esto comenzó hace un mes.

Mi abuelo no se ha encontrado muy bien últimamente, y llegó un momento a mitad del mes pasado que empezó a orinar y a toser sangre. Fue al médico, y le dijeron que era un efecto que puede provocar el Sintrom que toma. Que no pasaba nada. Pero sonaba raro, y nos quedamos con la mosca detrás de la oreja. Eso fue un viernes, y el lunes 18 (si no me falla la memoria) se fue a urgencias al hospital regional de Pozoblanco y lo ingresaron por pulmonía. Ese miércoles le hicieron una biopsia y el viernes cuando llegué a mi casa me dijeron que era un carcinoma con metástasis. Inoperable.

Y venga a llorar.

Ese sábado me quedé con él en el hospital.

A mitad de la semana siguiente, me llama mi madre para decirme que la segunda biopsia ha salido NEGATIVA para cáncer. Que le iban a hacer otra. Negativa, también.

Aliviados, y algo mosqueados con la plantilla médica y el laboratorio, me entero de que el día de la primera biopsia, nada más sacar la muesta, sin analizarla ni nada, el médico que se ocupó de ello dictaminó el primer veredicto, que era un carcinoma, un tumor inoperable de siete centímetros, sin mirar ni nada.

El segundo sábado en el hospital, volví a quedarme con mi abuelo, en la tercera planta del hospital, llena de, en su mayoría, ancianos. Toda la planta con neumonía y varios muertos por día (algunos de ellos se pasaban horas y horas gritando antes de morirse).

El lunes 4 le dieron el alta.

Y el miércoles 13 vino a Córdoba a hacerse un tac con contraste para ver finalmente qué era aquello.

El resultado salió el jueves. Cáncer. Metástasis en los dos pulmones, el hígado y los dos riñones.

Soy consciente de que mi abuelo se iba a morir en algún momento. Pero esperaba que lo hiciera por causas naturales. O por un infarto fulminante. No por esto. Pero por otro lado se veía venir. Un hombre que en mi pueblo es famoso por fumarse cuatro paquetes de Ducados negro al día desde que tiene 16 años, y de beber dos litros de café negro diarios.

Sé que el hecho de fumar no te da directamente cáncer, pero sé que mi abuelo se va a morir por culpa del puñetero tabaco, porque por culpa de él tiene insuficiencia cardíaca y renal.

A día de hoy soy más antitabaco de lo que era.

Me dio un puto ataque de ansiedad, y no podía ni respirar. Ni llorar. Y creo que asusté tanto a Alba que no abrió la tienda por la tarde.

Lo peor es que mi abuelo no puede enterase de lo que tiene. No puede, y se lo he contado a mi madre, porque de esos días de hospital, uno de los sábados en los que fui con él, me dijo que si llegaba a tener algo malo se iba a quitar de en medio. Y ese es el miedo que tengo. Que encima que se lo está comiendo un cáncer, encima, yéndose al campo que se va todos los días, con sus gallinas y sus perros y sus ovejas, que un día de esos se cuelgue en algún sitio o haga algo del estilo.

Y yo, que empecé el año con la certeza de que se me iba a morir alguien. Irónicamente, pensé que iba a ser mi abuela...