jueves, noviembre 15, 2012

Long time no see

Hay veces en que se me pasa la vida volando. Otras en las que todo es tan terriblemente lento que se me hace eterno. El problema del día a día es que siempre tengo que hacer mil cosas -o que quiero hacerlas- y que como no me organizo y no tengo fuerza de voluntad, pues se me va y se me va y ahí que me quedo.

Las cosas por clase van guay. Me he perdido algunas y tengo que retomarlo. Más que nada porque adoro Historia de la Lengua. Haber hecho fonética diacrónica en Chile el curso pasado me ha venido muy bien. Y la verdad es que creo que podría conseguir matrícula en esa asignatura sin currármelo mucho. 

Mis problemas son Dialectología y Sintaxis funcional. Son un problema porque aquí en Córdoba no las tengo y tendría que hablar con los profes... y con suerte encontrar a alguien que me pase los apuntes de Granada. La parte más o menos buena es que hasta el año pasado Dialectología se impartía aquí en Córdoba y que he hablado con los profesores y me han dejado acceder a la plataforma de la red para descargarme los apuntes. Todo sería ver el temario granadino y compararlo y preparármela aquí, con ayuda de los profes de aquí si se enrollan...

Lo cierto es que quiero organizarme. Despertarme temprano, estudiar, hacer mis cosas, ir a clase, socializar, y trabajar. Tengo que organizarme. Quiero terminar ya. Quiero poder buscarme la lea y dejar de depender de otros para vivir. Quiero ser libre, y digo yo que va siendo hora de levantar el vuelo. Que tengo veintiséis años y no he hecho nada en la vida.

Quiero escribir. Y quiero dibujar. Y nunca encuentro el momento para ninguno. Hace mil años (bueno, meses) que no escribo nada, ni un relato (y le debo uno a Alba), y de dibujar ni hablemos. De hecho, aún tengo que instalar la tableta.

Estoy tratando de adaptarme al Windows 7. Sigue sin molarme mucho. Pero el pensamiento de pillar el ordenador por banda y formatearlo y demás... dios, qué puta pereza. Aún tengo que instalar el photoshop... y quizá el Sai, aunque no me mola. No me gustan las cosas nuevas. Y no tengo paciencia, informáticamente hablando... Como muchos sabéis, mi portátil se murió a mitad de octubre, y en fin, Alba y Gato me lo han estado arreglando. Aún tengo que comprar una batería nueva la semana que viene. Casi me va a salir como prácticamente comprarme uno nuevo. Pero me moriría si tengo que comprar uno nuevo. Voy a tratar de seguir con este. Aunque ciertamente, si me toca arreglarlo otra vez sí le diré adiós. Claro está, si me lo puedo permitir. Pero de momento vamos bien.

Esta semana me quedo UN DÍA MÁS (woo). El por qué es sencillo. Hay un concierto de música celta en un pub irlandés de la zona. Mi madre llamó ayer y en fin, se lo comenté. Y bueno, que tengo un día de cuartelillo.

También quiero buscarme algún curro aquí. Algo por horas, para sacar algo de calderilla. No estaría mal ahorrar un poco, la verdad.

A ver si encuentro un ratito para volver a perderme por estas calles. Aunque quiero volar. Irme fuera. Por muy bien que esté aquí, necesito hacerme una escapada. Volver a casa, a la Madre Irlanda. Necesito el olor de las calles, el acento, los rasgos, las montañas suaves y verdes y el mal tiempo. De verdad que me hace falta perderme. Me lo pide el cuerpo. Quiero pensar. Sobre todo porque creo que es lo que necesito para ponerme a escribir de nuevo. Necesito mis banshees y mis duendes y mis dioses celtas.

martes, octubre 09, 2012

Diario de una guiri cordobesa II y otras moñeces

Me he quedado dormida. Y no es la falta de sueño. Hoy dormí bien, a diferencia de estos últimos días. Supongo que la compañía hace que todo esto sea diferente.

Y es que sí, ahora duermo acompañada la mitad del tiempo. Yo, la señora Voy A Marear La Perdiz Hasta Que Vomite, yo, bueno, estoy con alguien. Y es que básicamente ha sido llegar a Córdoba y besar el santo, como quien dice. Internet ha sido de ayuda. Me metí en una página para conocer gente en Córdoba, ya que me veía un poco sola y perdida, y en fin, sí encontré a alguien.

Por suerte o por desgracia, no vemos mucho la ciudad. Y es que entre trabajos y estudios no se puede. Y el que yo trabaje los fines de semana también afecta, supongo.

Y de alguna forma me da algo de miedo, sabéis. No la relación en sí. Eso está bien. Me encuentro un poco desnuda en el sentido de que... a ver, vosotros me conocéis. Me lo pienso todo muchísimo. Y ahora no le estoy dando tantas vueltas. Supongo que más de uno me diréis que es algo bueno. Pero me hace sentir algo desprotegida. Aunque a veces creo que merece la pena.

Y en fin, que no era eso lo que venía a contaros. Que hoy he faltado a la clase (que empezaba a las cinco) porque me he quedado dormida. Y es que estoy algo pachucha. Días del mes. Y tengo que salir pero no tengo ganas de moverme y... en fin. Mi reino por un trozo de chocolate.

Y curiosamente tenía ganas de escribir una entrada. Una personal, sobre cómo me va, qué tal todo, y todo eso. Y por otro lado no tengo ganas de hacerlo. Quiero chocolate. Creo que voy a por un paladín doble en cero coma dos.

No sé. Quiero escribir, pero estoy de alguna forma bloqueada. Quiero dibujar y tengo demasiada pereza. He de buscar alguna forma en la que invertir mi tiempo libre. Probablemente me pondré programas antiguos de Milenio, o Las Chicas Gilmore, y empezaré a pasar apuntes a limpio. No sería mala idea.

Y en cambio lo que estoy haciendo es leer un fic larguísimo. Leo mucho últimamente. Tristemente son fics y se me acumulan los libros. Estoy un poco obsesionada.

Y también estoy comiendo poco. Mi madre me echa cosas de comer todos los domingos, y se me están empezando a acumular en la nevera y el congelador. Y sea como sea, no sé cómo no lo gasto, porque casi no estoy cocinando en absoluto. Sí, he comido algunos días en la universidad, pero más allá de eso no he salido a cenar fuera. Exceptuando dos veces que hemos pedido, una a un chino y otra a una pizzería. Y poco más.

Y diría que me estoy alimentando de té, pero tampoco. No sé qué estoy haciendo.

Hoy sin embargo me he zampado un plato de filetes en salsa que hizo mi madre en el restaurante y que me congeló un poco, y una bolsa de patatas. Así por las buenas. Zasca. Viva la comida basura.

Sin más que contar, os estoy esperando para que me hagáis una visita, y que traigáis un poquito de Granada, o de dondequiera que esteis, y me iluminéis un rato la vida. Que os echo de menos.

Bueno, sí. Quiero contar algo.

Por esta persona me estoy dando cuenta de algo. Sí, todos sabemos, yo sé, que soy algo autodestructiva. Pero es que a veces hago comentarios sobre mí misma que cuando me los repite suenan increíblemente mal. Me los repite por eso. Porque suenan mal. Suenan a que me insulto a mí misma. Y sí, sé que no tengo un autoestima grande, pero nunca pensé que yo misma me dijera esas cosas. Porque me las digo. Me considero muy poco. Y me estoy dando cuenta de ello ahora.

Y yo sé que no me quiero demasiado, pero tan poco amor hacia mí misma me ha sorprendido. En serio. Yo tenía asumido que me quería algo más que eso.

Supongo que es hora de conocerme más a mí misma. Porque al parecer soy una desconocida. El otro día, en mi cocina, estábamos haciendo té, o café, o algo así, y miró mi lista de la compra, en el frigorífico. Con una simple ojeada al papelito, supo que era organizada, meticulosa y algo quisquillosa. Aparte, se rió del hecho de que en la lista yo especificaba que las bolsas de congelación que necesitaba eran de las pequeñas. Y no, no es que yo lo hubiera dicho, o mi casa estuviera impecable. El salón está como me lo encontré al llegar, y mi habitación estaba llena de cosas por colocar. Y las palabras con las que me definió encajaban con cómo me veo yo en ese sentido. Un poco maniática del orden. De ciertas costumbres.

Yo no sé hacer eso. It's genious.

Y me voy a ir. Me duele el hombro. Ayer, hablando en la cama, los codos apoyados en el colchón, me dio un tirón tremendo, de alguna forma que no consigo explicar. Y no podía mover el brazo. Aún me duele.

Voy a comerme una taza de paladín a cucharadas, o morir en el intento.

lunes, septiembre 24, 2012

Una guiri cordobesa en Córdoba

Pues sí, señores. En Córdoba me hallo. En las callejuelas estrechas del casco antiguo, con sus seseos y su pachorra a la hora de hablar.

Córdoba la ciudad que llevo evitando ocho años.

Córdoba, la ciudad de la que puede que me haya enamorado en mi trayecto a la universidad. Que está al lado de la mezquita. Tiene un portón barroco cual Facultad de Derecho en Granada. Pero pintado en amarillo. Un poco feo.

Voy a tener problemas con las asignaturas, porque sólo tengo por las tardes y me coinciden. Y si no puedo solucionarlo me tocará echar un año más en Granada, y en fin, que no hay ganas. Pero es lo que queda. Después de todo el viaje, tendré que terminarlo, digo yo.

Pero bueno, igual eso. Cuando pueda escribiré por aquí. Todavía no tengo contraseña de ordenador y la del aula de informática me ha puesto el suyo, supongo. Y por lo visto está prohibido el uso de redes sociales (se sanciona durante una semana sin funcionamiento de internet). Por tanto, puede que eso implique que el blog va a volver a cobrar la vidilla de antaño.

Con esto y un bizcocho... me voy para casa que tengo que comprar un puto callejero y hacer la compra. Que anoche me tuve que hacer una tortilla con MANTEQUILLA porque no tengo aceite. y tengo que quedar con mi primo porque me dejé el cable del ordenador en casa. Con el aceite. Y el colacao. Cien putos kilómetros. Ocho putos años viviendo a casi 400 como mínimo y nunca me he dejado nada. Ahora estoy a cien putos kilómetros y voy y se me queda el PUTO cable del ordenador. Manda huevos.

Subiré fotos cuando pueda :)

Como plus me he encontrado a una granadina que empieza la carrera aquí, y a una de Santiago (gallega) que hace Hª del Arte y quería ir a Granada. Ha sido divertido porque yo quería ir a Santiago a hacer la sicúe... :D

Me he ido riendo por la calle por toparme con el Teatro Góngora, la calle Ángel de Saavedra y un bar llamado Séneca. Creo que me dejo otro, pero en fin. Que el descojone empezó con el teatro xD

domingo, septiembre 09, 2012

Nostalgia

He escrito esto y no está ni corregido. ¿Comentarios?

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A veces no lo entiende.

No sabe por qué se obsesiona. Lo perdido está perdido, no va a volver a por ti. No hay nada que pueda hacer para cambiar las cosas, no puede mejorarlas de ninguna manera, no puede pintarle la cara para que parezca diferente, y sabe que por mucho que trate explicarlo de otra manera, siempre va a saber la verdad. La suya, sí, pero la verdad.

A veces lo echa de menos. La alegría, la ignorancia, la sencillez del momento. Echa de menos las sonrisas, echa de menos el tacto de unas manos imaginadas, echa de menos un olor, un abrazo, el sabor de un refresco, el susurro del viento en algún lugar en particular. No es que le falte alguien, sino que le falta algo. Tuvo todo aquello, pero ya no más. Sin embargo atesoró cada recuerdo, lo recopiló, lo catalogó y lo mantuvo a salvo. A salvo de la frustración, la rabia y las lágrimas. A salvo de su propio alcance y al de los demás.

Los recuerdos negativos son los que antes se olvidan, los que antes se van. Son los buenos los que quedan, los que sirven de referencia, los que sacan la sonrisa. Es lo bueno de los recuerdos. Puede desempolvarlos en cualquier momento y admirarlos, reproducirlos una y otra vez, y hacer sonreír, soñar y viajar de nuevo.

Pero los recuerdos, incluídos los buenos, son un arma de doble filo. También pueden hacer daño. Pueden oscurecer el alma, esconder la sonrisa, convertir algo bueno en algo triste. Lo malo de los recuerdos es que suben las expectativas. Todo evento futuro será aún mejor, y cuando llegan, decepcionan. Hay recuerdos buenos que anclan el pensamiento al pasado y hacen ignorar el presente.

Y ella sueña con el pasado. Sueña, y fantasea, y echa de menos, sin darse cuenta de que se está perdiendo el presente.

lunes, agosto 13, 2012

De gente guarra y pejigueros.

Como sabéis, ando trabajando en el bar-restaurante-hostal del pueblo, que ahora lo tiene mi familia.

Todos somos muy especialitos con la comida, y con la forma que se sirve, y cómo no, y con qué, y cómo de rápido.

Hay gente que no entiende que haya diez pedidos antes del suyo, y hay gente que te devuelve el plato porque no está en su punto.

Como el otro día. Entran seis al comedor. Piden menú del día. Y en vez de un primero y un segundo, muchos quieren dos primeros. Bueno, venga. Una de ellas dice que nos esperemos, que no sabe si le gusta el salmorejo, que le pongamos a los demás y ella prueba. Se hace. Se pide uno. Te lo echa para atrás porque dice que no le gusta. Señorita, son los mismos tomates y está igual de frío y tiene el mismo jamón, y el mismo pan y el mismo todo.

En fin. Que se pide el "segundo". Paella. Y la paella la pide sin carne. Se le quita la carne a la paella. Se le pone el plato y se le dice "este es el que no tiene carne". Cuando vuelves a llevarle el plato a los demás, le ha dado su plato a otro y tienes que llevarte el plato que traías con carne para que se la quiten.

Llega el postre. Pide melón, igual que varios de sus compañeros. Te manda el melón para atrás porque dice que sabe a pepino. Mientras tanto, sus compañeros comen melón como si no hubiera mañana.

Hoy. Menú del día. Uno de los platos, lentejas. Se han puesto tres platos de lentejas. Uno de ellos dicen que están duras, quemadas y malas. Los otros comen como cerdos. El mismo que se queja se come todo el plato. Pues tú me dirás.

Aparte, en el hostal anoche se quedaron cinco tíos más guarros que la tos. La habitación lleva ventilando toda la mañana porque madre mía. Han atascado los baños de las dos habitaciones y uno de ellos rebosó y pusieron las toallas blancas en el suelo. Tú me dirás a mí cómo han acabado las toallas. Pa tirarlas, vamos.

Hay cada elemento... que vamos.

martes, julio 31, 2012

Quién soy

Otro texto que hice para Composición. De hecho, el primero que hice.


Quién soy.

La sietemesina, la veinteañera, la hija predilecta, la oveja negra, la insomne, la dormilona. La fuerte, la débil, la de las risotadas, la de los lloros desconsolados, la tímida, la extrovertida. La simpática, la antisocial, la juerguista, la que está en su casa a las diez, la de los piercings, la de la peluca, la de las gafas, la del mal gusto vistiendo, la marimacho, la siniestra, la novia de, la que está sola, la gótica-lesbiana-que-sale-con-un-satánico-sadomasoquista, la asexual, la de la Mujiquilla chica, la nieta de Rafael el del agua, la del Lirón, la jovial, la depresiva, la que escribe, la dibujante, la loca, la quejica, la que no se enfada fácilmente, la que se enfada sólo con decirle "hola", la obsesionada con sus personajes, la que chapurrea siete idiomas, la melómana, la rara, la traidora, la mejor amiga, la leal, la mentirosa, la sincera. La que interrumpe al profesor, la que no habla. La española, la que parece irlandesa, la del nombre raro, la de apellidos impronunciables, la compañera de piso, la obsesa de la limpieza, la que en su habitación parece que ha explotado una bomba, la orgullosa, la del autoestima baja. La que no cree en nada, la que se lo cree todo, la que tiene la buena memoria, la que no se acuerda ni de qué almorzó, la exagerada, la buena cocinera, la crítica, la exigente, la conformista, la enamorada, la que odia a todo el mundo, la abstemia, la que viaja, la que acaba adoptando a todos los amigos, la adicta al chocolate, la adicta al té, la que ofrece su casa, la del gato, la adicta a Internet, la que no llama a sus padres porque olvida conectarse a la red, la enemiga de las redes sociales, la que twittea hasta para respirar, la de la buena salud, la que está enferma todo el tiempo.

Me han llamado muchas cosas. Soy algunas de ellas, soy todas ellas dependiendo del punto de vista del que juzga.

Sólo soy una soñadora. Sueño que mis sueños se cumplirán, que trabajaré fuerte en ello y conseguiré lo que siempre quise. Sueño que tengo un final feliz. Pero siempre soñaré con un final alternativo, porque a mi mente le gusta imaginar otras posibilidades.

Sólo soy una chica que busca su lugar en el mundo. Soy una chica que escribe, soy una chica que trata de ser buena estudiante, soy una chica que quiere saber dónde encaja, pero que a la vez se divierte dando vueltas siendo una pieza perdida del puzzle que no encuentra su sitio todavía.

Puedo ser muchas cosas en esta vida, pero sólo hay una cosa que siempre soy. La única verdad, lo único constante: soy Sheila.

domingo, julio 29, 2012

Todo el mundo se lleva un feo

Pues ya estoy de vuelta en el pueblo. Ayer ya empecé a estudiar y tengo que volver a hacer los menús del bar para poder ponerlos en la terracita y todo eso.

Hoy, en la cocina, hemos estado preparando raciones de lomo. Entiéndase raciones como el apartadillo de lomo, en plan si vas a pedir un bocata, un plato de lomo con patatas, etc. O yo qué sé, como raciones mismas. Si llevo una semana aquí y aún no me he leído el menú xD

El caso es que estábamos haciendo apartadillos y mi madre dice: "Pon tres filetes. En todos los apartadillos, que haya uno feo." A mi pregunta de qué quería decir con feo, ella me señaló un filete de lomo "normal" y luego uno de cabezal. Pues sí, el cabezal es más feo. Con más betas de grasita y tal (parece más jamón ibérico), no la carne sola y rojita y eso.

La moraleja es que para llegar al bueno te tienes que comer al feo antes. Quién sabe, habrá gente que prefiera el cabezal y lo dejen para el último :)

lunes, julio 16, 2012

Poética

Otro texto que hice para Composición



sábado, julio 14, 2012

Hijos de Nemed

(Escribí este texto para mi clase de Composición Literaria en la USACH. Estos días andaré posteando todo lo que he escrito para esta asignatura)