sábado, febrero 13, 2010

Pena Capital - Mists of Avalon fanfic

Vale, yo debería estar estudiando en estos momentos (y de hecho lo estaba estoy pero como soy incapaz de hacer nada en la vida sin música iba escuchando mientras paso apuntes y va y suena la BSO de las Brumas de Avalon. Y he ido recordando la peli canción a canción... y joder, esto ha tenido que escribirse porque lo hacía o reviento.

Así que aquí teneis. Sin betear, como suelen ir estas cosas que escribo de repente.


PENA CAPITAL
Hay torturas a las que uno llega a acostumbrarse. Hay cosas en la vida que sufres durante tanto tiempo que te vuelve inmune. Hay personas que nunca se olvidan. Hay sensaciones que siempre permanecen contigo, a tu lado, que te envuelven para salvarte del frío, que te susurran secretos al oído.

Incluso cuando las cosas van mal, sabes que está ahí. Que si pides perdón de corazón la Diosa aceptará tu disculpa y te acogerá en sus brazos de Madre Eterna. Que en realidad nunca te abandonó, que te sigue a tres pasos de distancia, que te cuida.

Sabes que todo irá bien porque Ella está allí.

Pero un día lo sientes. Tu corazón se desgarra como atravesado con un hierro candente y tu pecho se vacía de aire que no puedes recuperar. Dentro de ti algo agoniza y se apaga despacio como las brasas de una hoguera al amanecer.

Vivianne se muere. La Dama del Lago. La Encarnación de la Madre en la Tierra. Tu figura a seguir. Tu mentora. Tu madre, aunque no sea por lazos sanguíneos.

Tu mente te traslada hasta allí, y sabes que será la última vez que los verás a todos ellos. Avalon es tragada por la niebla porque la Madre ha muerto y que no pisarás de nuevo aquella Tierra Bendecida.

Porque la traicionaste.

Le diste la espalda, le clavaste un cuchillo envenenado que la mató lentamente, soltaste las sierpes y echaste a correr. No estuviste cuando la Santa Isla te necesitó. Al contrario que ella, que de una forma u otra, se hubiese equivocado o no, siempre había intentado hacer lo que era bueno para ti. Pero no quisiste escucharla.

Y escuchas gritar a Raven en el montículo del Círculo y sabes que se te rompería el corazón si no estuviera ya roto porque es la primera vez que escuchas su voz y nunca, ni en tu peor pesadilla, habrías escuchado una desesperación mayor. El último grito de auxilio antes de ahogarse.

Sabes que vas a morir. Sí, tú también. Que morirás lejos de la Madre, lejos de su abrazo, de su amor. Y tienes frío porque su manto ha caído y ya no tienes qué te cobije nunca más.

Avalon te ha cerrado sus puertas y eso sólo significa destrucción.

Que así sea.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡¡¡¡ ACTUALIZA !!!!!!!!