lunes, septiembre 08, 2008

Beatha: Castigo

Drabble sobre Liam dedicado a driate, que es la dueña de Zach. Besorro. Ya se lo dediqué en el laifchurnal xD pero bueno, aquí también :3. Agradecer desde aquí a mi tata que me ayudó con una palabra xDDDDD.

(Seh. Básicamente que me aburro y hay que postear algo y to eso xD, así que vil copypasteo)

La ha cagado. Eso es lo que ha hecho.

La ha cagado, pero bien. ¿Y puede culpar esta vez al alcohol? No, no puede. Porque sí, iba bebido, pero podría haberse controlado. Y en cambio escuchó –o fantaseó- con Zach diciendo aquello y le faltó tiempo para colarse en su boca. Y en sus pantalones. “Porque también tenías que meterte dentro, McCubbin. Felicidades”, se dice a sí mismo, agrio. “La has jodido, pedazo de gilipollas”.

Pero es que estaba allí. Era él. Su piel, el tacto de sus dedos recorriéndole, el sabor de sus labios, su olor… ERA Zach, maldita sea.

Porque vale, Sam había tenido razón unos días antes, insinuando que parecía como si aún no lo hubiera superado, y él, ingenuo, aseguró una y otra vez que Zach era agua pasada.

“Con dos cojones”, dijo, entre dientes. Y había tenido la sangre fría de llevarle el carnet de identificación a Sam, que se lo había dejado en casa, al hospital, aún sintiendo las manos de Zach devastándole el cuerpo. Sintiéndole dentro. Con el olor de su piel cosquilleando en la nariz. Sintiendo el hormigueo de su cabello entre los dedos.

Y con la puta sangre fría de darle la tarjeta al llegar al hospital, y, aprovechando que no había nadie alrededor, devuelto el beso a Sam antes de volver a casa.

Y se sentía mal. Traidor. Y no sólo por lo que había ocurrido no mucho antes en el sofá del apartamento, sino porque le había engañado durante cuatro años, a pesar de que Zach hubiera vuelto a su vida hacía dos meses, apareciendo inconsciente en su hospital. Llevaba todo aquel tiempo fingiendo.

Fingiendo que lo había olvidado. Fingiendo que quería a Sam. Y casi había logrado aceptarlo como cierto. Casi. De hecho, lo había asumido, o eso había creído, durante los últimos tiempos justo antes del regreso de Zach Gray, y aun entonces, auto-convencido de que sólo era preocupación normal por una persona cercana.

Ahora pensaba que quizá no hubiera atacado al rubio de tal forma si no llevase prácticamente aquellos dos meses sin hacerlo con Sam. Quizá… Probablemente se debía a la falta de sexo. O ésa debería ser la maldita causa. Pero sabía demasiado bien que no.

Y lo que le hacía sentir peor, lo peor de todo, era que no se arrepentía de aquel polvo. Joder, es que lo había disfrutado. Lo había deseado durante cerca de seis años, me cago en la puta. Y si era mentira, que le cayera un rayo encima ahora mismo.

Recorriendo el corto trayecto de vuelta a casa desde el hospital, sabe Dios a qué horas de la madrugada, por las calles de Dublín, recuerda que lo ha jodido todo. Porque cogió la llamada de Sam y no dijo nada. Porque le dio a entender a Zach que sólo había sido un revolcón. Porque se había culpado al alcohol. Y porque, para joderlo todo más, pensaba que no podía hacerle aquello a Sam.

Y abre la puerta y todavía puede olerle, aunque ya no está. Las dos botellas de cerveza sobre la mesilla del salón. Los cojines desparramados. El sofá, oliendo a infidelidad.

Putada de faena. Todo era una completa mierda. Sólo era un capullo que lo destrozaba todo. Necesita castigarse, puesto que nadie más lo va a hacer. Y quizá parece enfermizo, quizá es que en el fondo está loco. Pero lo necesita, y lo aliviará, porque lo ha hecho muchas otras veces.

Así que coge la botella de cerveza de Zach y la estrella contra el suelo. Total, no va a dormir, ya limpiará. Y cogiendo uno de los guijarros lo aprieta fuerte en la mano, notando el vidrio clavarse y gotear sangre caliente que se escurre entre los dedos.

No lo cura inmediatamente. De hecho lo envuelve en un paño sucio hasta que deja de sangrar, y luego lo limpia chapuceramente. Disfruta de ese dolor, merecido, y que le alivia. Porque la herida se inflama, supura y se abre cada vez que se moja la mano los días siguientes, punzando dolorosamente cada vez que la estira o la contrae, y ese dolor le sostiene, tapando un poco el que siente por dentro.

Porque justo ése es el que no puede sanar. Porque es una herida que no puede curar por sí mismo, aunque lleve seis años intentándolo.

Está sonando: The Quiet Place, de In Flames.

5 comentarios:

Laura dijo...

Ains! Qué perdida ando ya de esta historia, y qué ganas de enterarme de todo :p

El lado oscuro de Liam sale a la luz (MUAJAJAJAJA, le diría yo unas pocas frases salidas de boca de Misa Misa que harían que no necesitara hacerse heridas, como: "¿Y si fuera gigoló? Sería trabajo, así que no serían cuernos" "Imagínate lo que puedo aprender tirándome a esa, ¡y luego...!*puntos suspensivos*" y así un interminable "SO ON, SO ON")

Pobre Liam *ojitos pidiendo más historias*

Ramona dijo...

Anatomía de Grey mezclado con Sin City. ¿Todo por una infidelidad?

Ariniel dijo...

Jajaja, Morwen. Hay que ver las cosas que dice MisaMisa. Ya te contaré lo del trio que hace Liam con Sam y una filipina. El alcohol le sienta muy... bien? Mal? depende de quien lo mire, ya lo sabes xD. Estoy escribiendo algo con Éirinn, ya te lo pasaré y me das el visto bueno ^^

Y Ramona. De anatomía de Grey he visto más bien poco y ver Sin City me pareció una pérdida de tiempo. Así que no sé por dónde coger tus comparaciones. Entre esta y la de las lombrices... xD
Y bueno, "todo por una infidelidad"... no sé tú cómo te sientan las infidelidades, pero a mí me jodería mucho traicionar a alguien a quien quiero por un calentón, la verdad. Allá cada uno.

Anónimo dijo...

Lo dicho que había puesto Ary en el otro comentario y no salio la y, no hace falta que te mosquees y eso

Gabriel Knightley dijo...

>___<

Ya puede molarte ese Sam tuyo todo lo que quieras... pero si hace falta, y aunque pueda ser una batalla perdida, montaré una plataforma pro Zachey ¬¬

Zach & Liam OTP!!! Que eso sí sería una mezcla gaélico-americana, y no el niñato irlandés de Gangs of new York!!