Lo he intentado, pero no puedo dormir. Supongo que me he obsesionado con un tema, pensando en lo que podría pasar y lo que no, todas las respuestas, todas las preguntas mudas. Las dudas. El miedo a no querer decir lo que intento. El posible dolor que conlleve al destapar ese trocito donde siempre hay una herida y en la que cuesta detener la hemorragia.
No es que estos días haya estado de bajón por eso, de hecho es algo que me ha saltado a la cabeza esta madrugada y que no dejaba de darme puñetazos en la parte oscura de mi cerebro. Sé que hay que andar mucho para llegar a alguna meta, y sé que no afrontando los peligros del camino no lo conseguiré jamás. Sé que estando estancada, quietecita, esperando que llegue otra persona y quite las piedras del sendero que sigo no me va a llevar a nada. Soy yo la que tiene que quitar esas piedras para poder pasar. Pero tengo miedo a quitarlas y que haya piedras más grandes que me caigan encima.
También sé que tengo un comportamiento huidizo. Esquivo las respuestas dando una versión light de esas cosas. O dando otra respuesta que, si bien no es falsa, tampoco es la verdadera respuesta. A menudo ni siquiera sé cuál es el problema a solucionar, ni los motivos de una cosa u otra. La mitad de las veces no me importa porque estoy segura de que no se puede hacer nada. Y así sigue... Es cobarde no admitir que tienes un problema, pero admitirlo y no saber solucionarlo también es un problema, y entonces tendrías dos. A veces, más a menudo de lo que me gustaría, aplico la ley del mínimo esfuerzo.
Estoy tan acostumbrada a vivir tras la muralla que me da un total pánico a salir. No quiero echar abajo mi fachada para que resulte que mi interior no es para nada agradable, y tenga que volver a levantarla. Sería trabajoso, doloroso y difícil hacerlo. Llevo tanto tiempo fingiendo ser una persona alegre que si tumbo ese muro, quizá yo también descubra que no lo soy para nada. Puede que me haya creído mi propia mentira. El muro es tan grueso que a menudo no sé dónde termina la verdadera Sheila y empieza la falsa. Puede que lo único que sepa hacer es fingir. Ante todos. Con una máscara más, con una máscara menos, pero quizá sólo soy una mentirosa. Quizá hasta yo misma estoy engañada.
Puede que realmente nunca haya querido ser la verdadera Sheila, sino la falsa, y que es probable que me viniese bien dejar ls cosas como están y que sigan su transcurso, pero siempre queda el "y si..." ¿Y si comenzase a arreglar mi vida? Desde el principio. Tumbarlo todo y comenzar desde cero. Aprender a guiarme más por el instinto que por mi cabeza. Darle de vez en cuando vacaciones a mi conciencia. Vivir un poco más.
Pero cuando pienso eso, mi otro yo me dice que eso podría salirme mal y acabar peor, y siempre acabo desistiendo.
No es divertido pensar así. No es divertido evitar la verdad, porque se te queda clavada con un gran tornillo en el cerebro y cada día profundiza más, haciendo una herida más grande. Y sabes que está ahí, pero no te has muerto, mientras que si decides sacártelo es probable que el remedio sea peor que la enfermedad, y ahí sí tengas que lamentarlo.
Mi vida siempre ha sido así. No soy feliz con ella... pero tampoco soy infeliz. Simplemente soy. Existo. A veces incluso vivo. Si pudiera cambiar mi existencia un sólo día, me gustaría vivir en la mente de alguien que sí viva y no exista. Alguien que no tenga los problemas que tengo yo y que no se coma tanto la cabeza. ¿Sería feliz? Si lo supiera, me lanzaría de cabeza... pero ahora mismo tengo los ojos vendados y nadie me ha dicho si la piscina está llena.
Supongo que todos queremos una mejor calidad en nuestras existencias. Algunos quieren amigos. Otros dinero. Otros más tiempo. Yo sólo quiero sentir. Porque, sentimentalmente, me siento atrofiada. Puede que no aprecie a la gente que verdaderamente "me importa". Ni siquiera sé si me importan realmente. A veces creo que "siento" lo que se supone que debo sentir. No echo de menos a nadie si sé que está bien. No, a la gente más primordial. A mi familia, a las personas que siempre están ahí. Sé que me apoyan, sé que están bien... y no necesito verles. Ni hablarles. Ni mucho menos, besarles o abrazarles.
Y los demás me importan todos una mierda.
Sabiendo esto, ¿estoy atrofiada sentimentalmente? ¿Cómo se localiza el muñón? ¿Puedo colocar una prótesis? Sí, siento amistad. Cariño, puede que también. ¿Pero amor? Cuando mi abuela me llama y me dice "te quiero", y yo le respondo, ¿de verdad lo siento?
He visto a gente irse de casa y ponerse a llorar. A mi eso no me ha pasado. Sí, de cría a veces iba a dormir a casa de alguien y echaba de menos a mis padres. A los ocho años supe que algún día todos morirían y me sentí tan sola que pasé la noche llorando. Hace tres años me gustaba tanto alguien que al verle marcharse me eché a llorar. En Irlanda mi abuela me regaló "donde el corazón te lleve" y nunca he llegado a leerlo completamente porque me hace pensar que un día se irá y ya no podré ir a que me dé conversaciones prácticas, consejos y apoyo.
Quiero decir. Sí, que siento algo. En ocasiones MUY puntuales. Tengo envidia de la gente que es capaz de dar abrazos verdaderamente sentidos, cargados de ese cariño. Esas pequeñas cosas que, más a menudo de lo que yo quisiera, no las siento.
Y me siento mal por sentirme así, valga la redundancia. Me gustaría saber si los demás también se siente así, o es que realmente tengo que buscar mi muñón.
En fin, que os sea leve. Voy a ver si duermo un par de horas.
No es que estos días haya estado de bajón por eso, de hecho es algo que me ha saltado a la cabeza esta madrugada y que no dejaba de darme puñetazos en la parte oscura de mi cerebro. Sé que hay que andar mucho para llegar a alguna meta, y sé que no afrontando los peligros del camino no lo conseguiré jamás. Sé que estando estancada, quietecita, esperando que llegue otra persona y quite las piedras del sendero que sigo no me va a llevar a nada. Soy yo la que tiene que quitar esas piedras para poder pasar. Pero tengo miedo a quitarlas y que haya piedras más grandes que me caigan encima.
También sé que tengo un comportamiento huidizo. Esquivo las respuestas dando una versión light de esas cosas. O dando otra respuesta que, si bien no es falsa, tampoco es la verdadera respuesta. A menudo ni siquiera sé cuál es el problema a solucionar, ni los motivos de una cosa u otra. La mitad de las veces no me importa porque estoy segura de que no se puede hacer nada. Y así sigue... Es cobarde no admitir que tienes un problema, pero admitirlo y no saber solucionarlo también es un problema, y entonces tendrías dos. A veces, más a menudo de lo que me gustaría, aplico la ley del mínimo esfuerzo.
Estoy tan acostumbrada a vivir tras la muralla que me da un total pánico a salir. No quiero echar abajo mi fachada para que resulte que mi interior no es para nada agradable, y tenga que volver a levantarla. Sería trabajoso, doloroso y difícil hacerlo. Llevo tanto tiempo fingiendo ser una persona alegre que si tumbo ese muro, quizá yo también descubra que no lo soy para nada. Puede que me haya creído mi propia mentira. El muro es tan grueso que a menudo no sé dónde termina la verdadera Sheila y empieza la falsa. Puede que lo único que sepa hacer es fingir. Ante todos. Con una máscara más, con una máscara menos, pero quizá sólo soy una mentirosa. Quizá hasta yo misma estoy engañada.
Puede que realmente nunca haya querido ser la verdadera Sheila, sino la falsa, y que es probable que me viniese bien dejar ls cosas como están y que sigan su transcurso, pero siempre queda el "y si..." ¿Y si comenzase a arreglar mi vida? Desde el principio. Tumbarlo todo y comenzar desde cero. Aprender a guiarme más por el instinto que por mi cabeza. Darle de vez en cuando vacaciones a mi conciencia. Vivir un poco más.
Pero cuando pienso eso, mi otro yo me dice que eso podría salirme mal y acabar peor, y siempre acabo desistiendo.
No es divertido pensar así. No es divertido evitar la verdad, porque se te queda clavada con un gran tornillo en el cerebro y cada día profundiza más, haciendo una herida más grande. Y sabes que está ahí, pero no te has muerto, mientras que si decides sacártelo es probable que el remedio sea peor que la enfermedad, y ahí sí tengas que lamentarlo.
Mi vida siempre ha sido así. No soy feliz con ella... pero tampoco soy infeliz. Simplemente soy. Existo. A veces incluso vivo. Si pudiera cambiar mi existencia un sólo día, me gustaría vivir en la mente de alguien que sí viva y no exista. Alguien que no tenga los problemas que tengo yo y que no se coma tanto la cabeza. ¿Sería feliz? Si lo supiera, me lanzaría de cabeza... pero ahora mismo tengo los ojos vendados y nadie me ha dicho si la piscina está llena.
Supongo que todos queremos una mejor calidad en nuestras existencias. Algunos quieren amigos. Otros dinero. Otros más tiempo. Yo sólo quiero sentir. Porque, sentimentalmente, me siento atrofiada. Puede que no aprecie a la gente que verdaderamente "me importa". Ni siquiera sé si me importan realmente. A veces creo que "siento" lo que se supone que debo sentir. No echo de menos a nadie si sé que está bien. No, a la gente más primordial. A mi familia, a las personas que siempre están ahí. Sé que me apoyan, sé que están bien... y no necesito verles. Ni hablarles. Ni mucho menos, besarles o abrazarles.
Y los demás me importan todos una mierda.
Sabiendo esto, ¿estoy atrofiada sentimentalmente? ¿Cómo se localiza el muñón? ¿Puedo colocar una prótesis? Sí, siento amistad. Cariño, puede que también. ¿Pero amor? Cuando mi abuela me llama y me dice "te quiero", y yo le respondo, ¿de verdad lo siento?
He visto a gente irse de casa y ponerse a llorar. A mi eso no me ha pasado. Sí, de cría a veces iba a dormir a casa de alguien y echaba de menos a mis padres. A los ocho años supe que algún día todos morirían y me sentí tan sola que pasé la noche llorando. Hace tres años me gustaba tanto alguien que al verle marcharse me eché a llorar. En Irlanda mi abuela me regaló "donde el corazón te lleve" y nunca he llegado a leerlo completamente porque me hace pensar que un día se irá y ya no podré ir a que me dé conversaciones prácticas, consejos y apoyo.
Quiero decir. Sí, que siento algo. En ocasiones MUY puntuales. Tengo envidia de la gente que es capaz de dar abrazos verdaderamente sentidos, cargados de ese cariño. Esas pequeñas cosas que, más a menudo de lo que yo quisiera, no las siento.
Y me siento mal por sentirme así, valga la redundancia. Me gustaría saber si los demás también se siente así, o es que realmente tengo que buscar mi muñón.
En fin, que os sea leve. Voy a ver si duermo un par de horas.
6 comentarios:
Tata... u_U sigo pensando k tu y yo formamos parte de un total xD sea porque seamos gemelas.. sea por lo que sea. Pero a mi me pasa justo lo contrario! ¬¬ a veces desearía no sentir. Me ha producido tanto daño "el sentir" que, tendría que aprender justo lo que sabes hacer tu, pero ya me han dicho que en mi caso es imposible. En el tuyo no creo k lo sea, hay muchas formas de sentir y no siempre es con el corazón, ve probando, sino lo pruebas nunca lo sabrás :P
Tienes un don... deberías aprovecharlo. Cuando finalmente alcanzes la felicidad que tanto anhelas, conoceras el verdadero dolor, ya que puedo intuir que la depresión que sientes no te gustaria se fuese; la disfrutas, pero cuando lo haga serás una persona superficial, como el resto de hipócritas del orbe, una más...
Todo el mundo finge alguna vez, asi k no creo que debieras senntirte culpable por eso. Pero lo que te pasa creo que el clásico caso del egoísmo que a todo el mundo le pasa alguna vez: por pensar únicamente en ti y en que te salieran bien las cosas o en ser más huidiza, lista o independiente es lo que te lleva a sentirte mal por dentro, pero en el momento en el que reconoces que es algo que deseas cambiar eso dice mucho de ti. El mundo merece conocerte y si se te come al final, espera a que le entre la indigestión. Mucha suerte guapa y no olvides nunca intentar añadir color a tu vida sea cual sea el momento.
Pasaba por aquí. Me aburre ver "Mira quién baila": ver a Terelu bailar es como ordeñar un toro. Agggggg!!
¿Has recibido ya 30000 visitas? ¿Esto es Renault Ocasión o vendes oro? xDD Espero que los comentarios picantes de todos te hayamos ayudado a subir a esa cifra
Ay, la de cosas que te quedan por sentir. Te sorprendería saberlo. Algún día abrazarás a alguien, y te abrazarán, y todas estas comeduras de coco serán sólo vagos recuerdos.
Besos no tan oscuros.
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