Gracias a maya_takameru por betearme.
Os dejo con la historia, ambientada en el 2014.
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Están en la taberna de siempre, ésa a la que salen cuando hay ganas de pasar un rato fuera de casa. No es un lugar bonito ni elegante, pero es acogedor. La luz es amarillenta y las bombillas cuelgan directamente del cable medio metro desde el techo. Las mesas, de madera, están arañadas por mil y un sitios en la superficie con nombres escritos aquí y allá a lo largo de años, puede que décadas. El tiempo ha borrado algunos de esos surcos. Los más profundos están medio taponados por el paso diario de las bayetas y la más que evidente suciedad en éstas. Hay una tarima de madera, igual que el suelo, en un rincón de la taberna, guarecida por una barandilla. Suele haber gente tocando los fines de semana. Las paredes tienen un empapelado antiguo, algunos carteles descoloridos y fotos viejas como único adorno. Apostaría a que no lo han limpiado a fondo en décadas.
A Liam, sin embargo, le gusta. Es su sitio favorito. El dueño le conoce y bromea con él dándole palmadas en la espalda: es paciente suyo. Sam cree recordar que le dijo que fue el dueño quien le habló del local la primera vez que fue a su consulta.
Si no es muy tarde, se sirven sándwiches, con suerte hechos por Helen, la esposa. Es una señora de pelo cano y vivos ojos azules; un pedacito de cielo. Tiene además buena voz cuando se decide a cantar; y, lo mejor de todo, sabe hacer callar a más de uno sólo con la mirada.
Ve a Liam acercarse a ellos, siempre dispuesto. Al parecer no es el alcohol lo que le ha provocado el malestar, y tras una revisión rudimentaria Liam acaba mandándole a casa a descansar y le pide que pase por el hospital para un examen médico más exacto, aunque todo apunta a que le ha sentado mal la comida, o algo del estilo.
Sam no puede quitarle los ojos de encima aun cuando la canción termina. Piden a Liam que continúe tocando un rato, y se decanta por “McCahill’s Reels”. Mientras tanto, el moreno decide no tomar una gota más de alcohol esa noche. Desinhibirse ya no está permitido, bastante tiene con comérselo con los ojos, así que traza un plan con lo que va a hacerle al llegar a casa, detalle a detalle.
Nada más abrir la puerta, se dice, le arrasará la boca. Le echará la cabeza hacia atrás y le comerá el cuello hasta enrojecer la piel. Le arañará la espalda hasta dejarle marcas, le aplastará bajo su cuerpo. Obligará a su rostro al rubor y llevará sus pulmones a un ritmo errático. Subirá el tono su voz y creará una canción con ella mediante un repertorio de susurros, jadeos y gemidos.
Y sólo entonces, le pedirá que le toque como a ese violín, hasta gastar las cuerdas.
6 comentarios:
Wuuuuuuuu!!!!!! *aplausos!!!
El color verde me recuerda al Mistol. La torrija se me ha empapao al leerlo
*aplaude con Ashe sin saber por qué O.O*
Ramona, yo el mistol lo relaciono con el naranja xDDDDD
Joe con tu torrija, tampoco ha sido tanto xD
Con la torrija quiero decir la nariz q luego lo leo y parece otra cosa...
Cuantos años llevas con la historia de Liam? Si que me crea curiosidad.
Y tranquila, q no se me empapa la torrija xDDD
¿Te das cuenta de esa sensación que se tiene cuando estás leyendo/escuchando algo, y una voz dentro de dice "¡yo también he vivido eso! ¡A mí me pasó algo parecido!"? Pues así estoy. Me ha encantado, me gustó mucho la descripción del local (que por cierto, visualicé muy parecido al Avalon ^^) y ese pequeño momento de espontaneidad de Liam es genial.
Bicos ^3^~~~~
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