Hay veces en que se me pasa la vida volando. Otras en las que todo es tan terriblemente lento que se me hace eterno. El problema del día a día es que siempre tengo que hacer mil cosas -o que quiero hacerlas- y que como no me organizo y no tengo fuerza de voluntad, pues se me va y se me va y ahí que me quedo.
Las cosas por clase van guay. Me he perdido algunas y tengo que retomarlo. Más que nada porque adoro Historia de la Lengua. Haber hecho fonética diacrónica en Chile el curso pasado me ha venido muy bien. Y la verdad es que creo que podría conseguir matrícula en esa asignatura sin currármelo mucho.
Mis problemas son Dialectología y Sintaxis funcional. Son un problema porque aquí en Córdoba no las tengo y tendría que hablar con los profes... y con suerte encontrar a alguien que me pase los apuntes de Granada. La parte más o menos buena es que hasta el año pasado Dialectología se impartía aquí en Córdoba y que he hablado con los profesores y me han dejado acceder a la plataforma de la red para descargarme los apuntes. Todo sería ver el temario granadino y compararlo y preparármela aquí, con ayuda de los profes de aquí si se enrollan...
Quiero escribir. Y quiero dibujar. Y nunca encuentro el momento para ninguno. Hace mil años (bueno, meses) que no escribo nada, ni un relato (y le debo uno a Alba), y de dibujar ni hablemos. De hecho, aún tengo que instalar la tableta.
Estoy tratando de adaptarme al Windows 7. Sigue sin molarme mucho. Pero el pensamiento de pillar el ordenador por banda y formatearlo y demás... dios, qué puta pereza. Aún tengo que instalar el photoshop... y quizá el Sai, aunque no me mola. No me gustan las cosas nuevas. Y no tengo paciencia, informáticamente hablando... Como muchos sabéis, mi portátil se murió a mitad de octubre, y en fin, Alba y Gato me lo han estado arreglando. Aún tengo que comprar una batería nueva la semana que viene. Casi me va a salir como prácticamente comprarme uno nuevo. Pero me moriría si tengo que comprar uno nuevo. Voy a tratar de seguir con este. Aunque ciertamente, si me toca arreglarlo otra vez sí le diré adiós. Claro está, si me lo puedo permitir. Pero de momento vamos bien.
Esta semana me quedo UN DÍA MÁS (woo). El por qué es sencillo. Hay un concierto de música celta en un pub irlandés de la zona. Mi madre llamó ayer y en fin, se lo comenté. Y bueno, que tengo un día de cuartelillo.
También quiero buscarme algún curro aquí. Algo por horas, para sacar algo de calderilla. No estaría mal ahorrar un poco, la verdad.
A ver si encuentro un ratito para volver a perderme por estas calles. Aunque quiero volar. Irme fuera. Por muy bien que esté aquí, necesito hacerme una escapada. Volver a casa, a la Madre Irlanda. Necesito el olor de las calles, el acento, los rasgos, las montañas suaves y verdes y el mal tiempo. De verdad que me hace falta perderme. Me lo pide el cuerpo. Quiero pensar. Sobre todo porque creo que es lo que necesito para ponerme a escribir de nuevo. Necesito mis banshees y mis duendes y mis dioses celtas.
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