No recuerdo si os lo conté en el vídeo. Resulta que el viernes volvía yo del trabajo, de lo de la ong, con los ánimos un pelín bajos porque se me habían caído dos socios y tal. Y me paré en una tiendecilla de al lado de casa a comprar galletas. Estilo Chiquilín, pero de marca nisu (xD). En eso estaba cuando me puse a hablar con la dependienta, y le conté que venía de trabajar y ella me preguntó y le conté lo que hacía. Pagué mis galletas y la mujer me dijo: "Venga, que te firmo". Yo creí que era a coña, pero no. Y luego me dio trabajo, para los fines de semana.
Pues trabajo en una cafetería. Normalmente estoy dentro en la cocina, fregando platos, y me ocupo de barrer y recoger mesas. También hago el zumo. Y hoy he tomado notas e incluso he hecho un café :)
Tanto la dueña como el dueño son un tesoro. Me pagan poquito, pero me gusta mucho el sitio. Y el tipo de trabajo. Llego a casa hecha un cisco por andar cargando bandejas de platos y tal, pero merece la pena. Se me pasa el tiempo volando.
Ayer estuve haciendo horas extra por la noche porque había un partido de fútbol, y estuve allí con el dueño, que me regaló una de estas lámparas de pie de la de las teterías (la cafetería era una tetería hacía no mucho) y entre los dos nos estrenamos con un monster. Sabía entre piña y aspirina infantil. No está malo el monster, pero qué quieres, a mí déjame con mis nesteas y mis cocacolas, que soy feliz.
Y los hijos, ay, los hijos. Los dos mayores son majetes, pero el peque es para comérselo. Y hoy le hice el desayuno, y le he estado apretando para que hiciera los deberes. Más mono él.
Toca mucho que una familia a la que acabas de conocer te tengan ya por uno más. Es algo que te llega. Y además están muy contentos conmigo (la dueña casi que me tiene que echar cuando termina mi turno porque siempre quiero dejármelo todo terminado. Vamos, hoy me he quedado con ganas de dejar la cocina recogida porque quedaba una tanda de platos por meter en el lavavajillas (había una bandeja de platos y otra de vasos escurriendo).
Que yo qué sé, que estoy muy contenta de que les guste cómo trabajo y estoy muy contenta de haber entrado a comprar galletas el viernes.
Pues trabajo en una cafetería. Normalmente estoy dentro en la cocina, fregando platos, y me ocupo de barrer y recoger mesas. También hago el zumo. Y hoy he tomado notas e incluso he hecho un café :)
Tanto la dueña como el dueño son un tesoro. Me pagan poquito, pero me gusta mucho el sitio. Y el tipo de trabajo. Llego a casa hecha un cisco por andar cargando bandejas de platos y tal, pero merece la pena. Se me pasa el tiempo volando.
Ayer estuve haciendo horas extra por la noche porque había un partido de fútbol, y estuve allí con el dueño, que me regaló una de estas lámparas de pie de la de las teterías (la cafetería era una tetería hacía no mucho) y entre los dos nos estrenamos con un monster. Sabía entre piña y aspirina infantil. No está malo el monster, pero qué quieres, a mí déjame con mis nesteas y mis cocacolas, que soy feliz.
Y los hijos, ay, los hijos. Los dos mayores son majetes, pero el peque es para comérselo. Y hoy le hice el desayuno, y le he estado apretando para que hiciera los deberes. Más mono él.
Toca mucho que una familia a la que acabas de conocer te tengan ya por uno más. Es algo que te llega. Y además están muy contentos conmigo (la dueña casi que me tiene que echar cuando termina mi turno porque siempre quiero dejármelo todo terminado. Vamos, hoy me he quedado con ganas de dejar la cocina recogida porque quedaba una tanda de platos por meter en el lavavajillas (había una bandeja de platos y otra de vasos escurriendo).
Que yo qué sé, que estoy muy contenta de que les guste cómo trabajo y estoy muy contenta de haber entrado a comprar galletas el viernes.
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