Está sin betear. Semejante chorrada no merece torturar a alguien ^^U
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Todo siempre se trató sobre la sangre.
Todos nacemos entre sangre. Mi familia siempre había sido una familia de guerreros, descendientes de valientes dacios, dispuestos a dar la vida por los suyos, por sus dioses. Preferíamos caer ante nuestro propio cuchillo, morir empapados en nuestra propia sangre, antes que de vejez. Teníamos nuestro orgullo. La sangre está presente cuando matas al ganado para sobrevivir. La sangre está en las heridas de guerra, en la luna de cada mujer, la primera vez que un hombre se coloca entre tus piernas.
La sangre da la vida, y la sangre la quita.
Me arrebataron a mi familia cuando era una niña. Asesinados. Apenas recuerdo las caras de mis padres, o las de mis hermanas y hermanos. Ni siquiera recuerdo cuántos hermanos tenía. El tiempo termina por borrar incluso lo que no quieres olvidar.
Me llevaron al sur, a tierra de romanos, y me vendieron como esclava. Recuerdo aquella casa, recuerdo bien las piedras frías de los mosaicos bajo mis pies descalzos y el chapoteo del agua del impluvium cuando había tormenta, y el rumor, como una nana, del mar cercano.
Tuve a mi hijo a la edad de doce años. Casi muero. Había esperado el nacimiento desde que supe que estaba encinta. Le enseñaría mi lengua, aquella que mantenía viva cada noche al arrullarme a mi misma cada noche hasta caer dormida. Le hablaría de mis padres, de las tierras donde nací, del olor de su aire. Fue un niño. Lo hicieron matar antes de poder ponerle nombre.
Mi señora era estéril, como la tierra seca. Tenía el vientre muerto. Odiaba a cada esclava sobre la que su marido ponía los ojos. En resumidas cuentas: nos odió a todas. Supe que tenía que escapar cuando los celos de mi ama comenzaron a desbordarse. Ya no le bastaba con acabar con cada niño que nacía entre aquellas paredes y yo me negué a formar parte de los cuerpos exangües. Me adelanté a sus pensamientos, y, tras robarle algunas joyas para poder sobrevivir, me escapé de allí.
Nadie podía haber adivinado lo que me deparaba el destino. El futuro es una serie de accidentes que acaban por definir la historia de cada persona y la entrelaza con la de los que le rodean. Algunas llegan a ser historias conocidas por todos, otras quedan en el olvido. La mía es una de ellas. No hay nadie que la recuerde. Ni siquiera yo.
Huí del domus hasta que me dolieron las piernas, hasta que pude palpar las piedras de las murallas desde fuera. Atardecía, y me senté a descansar contra los muros. Hasta recuperar la respiración, pensaba. Los pies me dolían, habituados al suelo liso y suave que habían pisado durante años.
Nunca supe lo cerca que había estado de morir a espada aquella noche. Mi amo había mandado una partida de hombres a buscarme. Los fugitivos pagaban la osadía con la vida. La fortuna, caprichosa, quiso depararme algo diferente.
Saltó sobre mí cuando me dispuse a admirar mi botín para decidir qué vendería primero. Las joyas cayeron al suelo por la sorpresa. No pude gritar siquiera, el dolor me atravesó durante un segundo y se fue diluyendo con los latidos de mi corazón, hasta que no fui capaz de moverme. La vista se me nubló y luego todo se volvió oscuridad. La noche cayó sobre mí.
Y en ella he vivido los últimos 1.500 años.
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3 comentarios:
Te odio por escribir tan bien xD
Eres de esas personas que escriban lo que escriban, lo cuentan de una forma que te lo crees, lo haces real. Eres como Stephen King, que es capaz de decirte que hay un bicho espacial que llegó montado en un meteorito a la tierra y se disfraza de payaso para comer niños y, oye, cuela y todo xD
... pues tia, si crees que existe una vampira atascada en un cuerpo de una niña de doce años que lleva pegando vueltas desde el siglo V, creo que deberías hacértelo mirar ;)
Dime que esa sinopsis de Stephen King no es real xD
Demasiado violento para ser cierto
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