...de momento. He leído El Ladrón de Cuerpos sin tomarme un sólo descanso, sólo el necesario para mis "mundanas necesidades", no pudiendo evitar la mueca sarcástica al recordar fragmentos en los que el mismo Lestat, caprichoso príncipe de las tinieblas, pasa por esas sensaciones, como su asco al tener que evacuar sus... necesidades biológicas.
Estoy emborrachada de Anne Rice. Incluso se me ha pegado el peculiar humor y la forma de expresarse de Lestat... Y realmente me encanta. Ahora podría mirar a la gente orgullosamente y por encima del hombro. En estos momentos, realmente me siento una Abrazada del Don Oscuro, curiosamente por llevar horas leyendo a un ser que existe por esa razón.
Y mi propia obsesión me lleva a rememorar otro libro que leí sobre seres sobrenaturales. Los vampiros existen desde siempre, sea cual sea su nombre. Existen en China y Japón, bajo el nombre de "Raposas", existían en Babilonia, existen en la mitología Hindú. Oh, sí, esa sangrienta diosa de múltiples brazos, y en uno de ellos aún sostiene la cabeza de su última víctima, la que la condujo a ser así de sanguinaria. Y la presencia de las Lamias en la mitología, y también de los súcubos y los íncubos, que bien no se alimentan de la sangre, pero sí de la esencia de las personas, a través de su sexualidad, como hacen los vampiros actuales mediante la sangre, que es un poderoso elemento erótico para muchas personas (algunas de las cuales no están muy bien en sus facultades psicológicas, pero que disfrutan del acto de saborear ese líquido vital).
Los vampiros existen incluso en las creencias Judeo-cristianas. ¿Cómo si no, explicar la presencia de la bella Lilith, o "Lilitu", la primera compañera de Adán, que se alimenta de pequeños recién nacidos y de mujeres parturientas, rabiosa de envidia porque ella no puede concebir? ¿La misma que fue castigada a morar en las sombras?
Esta es una de esas tantas veces que sueño con una realidad alternativa, cuando me gusta creer que todo es posible, que se puede conseguir el Don. Ah, no estoy segura de si me arrepentiría como Louis. Creo que en eso, sería como el caprichoso Lestat. Quizá anhelase volver a sentir el sol en mi cara, el agradable hormigueo de la luz sobre la piel, pero sin duda disfrutaría sobremanera los poderes que me serían concedidos al ser Abrazada.
En fin. Dejaré estos desvaríos para otro momento. No he cenado y realmente estoy hambrienta...
Está sonando System, de Chester Bennington (Linkin Park) para la BSO de La Reina de los Condenados.
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