Llevaba dias chunga... y por una puta frase, todos los buenos propositos al cuerno... todo al carajo, ale, a la mierda el buen rollo!
Esto lo escribi en mi último bajón... que fue de lo mismo.
DORMIR
Mi corazón sangra y no sé por qué. Pregunto la razón y nadie contesta. La ciudad no suena, el silencio hace ruido, la gente me rodea pero estoy sola
¿Debería seguir adelante? ¿Qué es lo que debería impulsarme a hacerlo? La vida no tiene sentido. No le encuentro sabor a la vida, el cielo no brilla tanto como parece, los amigos no te llenan, los abrazos no te abrigan.
¿Debería quedarme aquí? Dejarlo todo, tirar la toalla... Soy demasiado cobarde para hacerlo... o demasiado valiente para no hacerlo. Ni siquiera tengo fuerzas de dejarlo aquí.
Sólo pasa el tiempo porque no se detiene por nadie. Si no fuera así, se habría detenido hace mucho tiempo. La existencia se habría congelado hace mucho, cuando todo dejó de tener sentido. Cuando te preguntas por qué eres como eres; por qué no eres de otra forma; por qué no puedes cambiar por mucho que lo intentes; intentas hallar la razón por la que suceden las cosas. El azar tortura a las personas sin conceder el deseo que algo ocurra como quieres. La vida no se puede controlar, se escapa de la misma forma que el agua cuando intentas retenerla en las manos. Se cuela entre tus dedos, gota a gota, hasta que no queda nada. Nada.
Mi alma se bloquea y deja de sentir. Una parte de mi piensa que no es nada, que estoy bien, que se me pasará, que necesito estar sola y que me viene bien. Soy un animal que necesita lamerse las heridas solo. Mi otra cara intenta gritar pidiendo auxilio, pero hace tiempo que perdió la voz. ¿De qué serviría pedir ayuda? El mundo no se detendrá porque yo lo pida, no tengo derecho a molestar a nadie para que se ocupe de algo tan insignificante. Después de todo, soy una entre millones de personas. Si yo falto nadie se dará cuenta. ¿Acaso importaría que dejase de escribir? ¿Cambiaría algo que la gente que me conoce jamás me hubiese conocido? Sólo ocupo una parte insignificante en sus vidas. No les hago falta para que puedan seguir viviendo con normalidad. No dependen de mí.
El problema es que siempre estaré sola. Me sentiré sola hasta el día en que me muera. Nadie llorará mi tumba. Nadie me recordará con una sonrisa en la cara o aún después de mi muerte, no sonreirá con mis palabras y ni siquiera recordarán mis gestos. Olvidarán el color de mi pelo y la forma de mis ojos. Se borrará mi rostro de las fotos y dejaré de ser alguien conocido; para ser el amigo de alguien cuando era joven.
No quiero oír la historia de siempre. Que tengo amigos que me quieren y que siempre estarán ahí. No necesito que me digan que le gusto a fulanito o que menganito me ha mencionado. No quiero escuchar que soy de tal o de cual forma. Sólo necesito escuchar, oír, saber, que alguien me quiere. No que le atraigo, no que le interese mi amistad. Hablo de amor. Hablo de tener cariño con esa persona. Hablo de necesitar a alguien a quien me sienta unida. Alguien que sea algo más que un amigo, algo más que un número de teléfono, una voz, una cara, una forma de hablarse, de moverse, de hablar. Que tenga unos ojos que me miren y sepan lo que estoy pensando. Una voz que me hable y sepa lo que decir a cada momento.
Los videos, las fotos, las cartas... sólo indicarán que una vez estuve ahí, pero formarán parte del bagaje de alguna persona, junto con documentos y similares que le recuerden que alguna vez formé parte de su vida, aunque sea indirectamente.
No basta con mirar atrás y ver un fragmento de tu historia que haya sido feliz. No basta con mirar imágenes viejas en papel brillante de las caras de la gente que formaba parte de tu vida, como una telaraña invisible que te mantenía en el mundo. No basta con soñar que los tiempos serán mejores, ni anhelar el momento en que te sientas completa.
No me basta. No puedo seguir. No sé cómo hacerlo. No lo conseguiré. Me quedaré a medio camino, o ni siquiera lo empezaré.
Ríos de sal recorren mi rostro en un camino ya conocido, sólo siendo advertidas por una nueva oleada tibia que quema la piel a su paso, dejando un surco rojizo.
Quiero dormir. Dormir y no despertar hasta que alguien me llame y pueda ver que mi vida ha cambiado.